Hay momentos en la vida personal o laboral que las preocupaciones nos pueden sobrepasar y convertirse en un problema grave. Como consecuencia la salud física y mental son afectadas, por lo que cumplir con obligaciones diarias se puede volver difícil. Muchas veces estos sentimientos son provocados por ansiedad, la cual si no se trata adecuadamente puede convertirse en un trastorno.
¿Sabes qué elementos diferencian los tipos de ansiedad? ¿Qué tipos existen? ¿Qué debes hacer cuando la situación es grave y puede transformarse en un problema de salud mental? Te explicamos esto y más:
¿Qué es la ansiedad y qué tipos existen?
La ansiedad es una emoción normal que puede experimentar cualquier ser humano cuando se siente amenazado o en peligro.
De acuerdo con la American Psychiatric Association, la ansiedad es una respuesta natural ante el estrés que en ciertos casos puede resultar favorable porque nos permite estar alerta, prepararnos y mantener la atención en situaciones de peligro. Los trastornos de ansiedad son diferentes a las emociones comunes de nervios o preocupación porque implican temor o angustia por tiempo prolongado y/o en una intensidad superior a la normal, pudiendo producir efectos físicos como sudoración, náuseas y palpitaciones.
Cuando alguna situación detona sentimientos de ansiedad, no desaparecen y afectan la vida diaria personal, laboral y familiar, se considera que se transformó en un trastorno mental que requiere atención médica profesional.
Tipos de trastornos de ansiedad
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): es el tipo de ansiedad más común en el mundo. Afecta a más de 6 millones de personas solo en Estados Unidos. Consiste en una preocupación excesiva y persistente por actividades, eventos y situaciones cotidianas personales o laborales.
Esta ansiedad desproporcionada es difícil de controlar y puede afectar a la persona físicamente. Algunos de los síntomas de ansiedad generalizada más comunes son: dificultad de concentración, irritabilidad, inquietud o impaciencia, alteración del sueño y tensión muscular.
El nivel excesivo de ansiedad suele durar un tiempo prolongado (mínimo 6 meses y hasta varios años) y está presente casi todos los días sin desencadenantes.
Trastorno de ansiedad social (fobia social): hay miedo o rechazo persistente ante una o más situaciones sociales en las que la persona piensa que será juzgada negativamente o humillada. Este tipo de trastorno de ansiedad genera sentimientos de vergüenza, preocupación, inseguridad y altos niveles de ansiedad. Por eso las personas que la padecen evitan hablar en público, ir a fiestas o reuniones, comer en restaurantes, entre otras actividades que impliquen relacionarse con otros.
Trastorno de ansiedad por separación: hay ansiedad excesiva, intensa y persistente por estar lejos de casa o por separarse de seres queridos, padres, cuidadores o cualquier otra persona cercana. Es mucho más común en niños menores de 4 años, sin embargo la muerte de un familiar, mudarse de casa o tener miedo extremo a ser secuestrado pueden ser desencadenantes de este tipo de trastorno en personas adultas.
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): genera obsesiones o compulsiones perturbadoras y frecuentes que afectan la vida diaria. Las obsesiones son pensamientos e impulsos que invaden la mente, algunas de las más comunes son el miedo a los gérmenes, a lastimarse, la necesidad extrema de orden y tener dudas excesivas. Las compulsiones son los comportamientos repetitivos que una persona siente que debe cumplir, por ejemplo un ritual de lavado de manos, organizar, acumular, contar y cerrar una puerta. El TOC suele ser hereditario y puede empezar desde la infancia, pero es más frecuente en la adolescencia o adultez temprana.
Fobias específicas: la persona sufre aversión o temor excesivo e irracional por un objeto o situación específica. Existen fobias a los animales, la sangre, volar en aviones, los espacios abiertos y cerrados, las alturas, o situaciones en las que cree que será difícil escapar o recibir ayuda si hay una crisis de angustia (agorafobia).
Trastorno de pánico (ataques de pánico): la persona tiene sentimientos repentinos de terror incluso cuando no hay ningún peligro real, puede ir acompañado de un detonante (evento de estrés) o no. Algunos síntomas físicos pueden ser más severos que en los otros tipos de ansiedad pero cuentan con una menor duración, por ejemplo: sudoración, mareos, escalofríos, dolor en el pecho o estómago, palpitaciones y dificultad para respirar. Estos aparecen de manera brusca y llegan a su máxima expresión en los primeros 10 minutos. El miedo a estos ataques de pánico hace que la persona tema que ocurran de nuevo y evite situaciones que los detonaron anteriormente.
Trastorno de estrés postraumático (TEPT): afecta a las personas que presenciaron o vivieron un evento traumático como un accidente, abuso o violencia sexual, una catástrofe natural o una guerra. Este trastorno puede generar recuerdos involuntarios y perturbadores, arrebatos de ira, soledad, alteraciones del sueño o pesadillas, tristeza, depresión y culpabilidad.
Trastorno de ansiedad por enfermedad: hay preocupación o miedo intenso de tener una enfermedad grave por una interpretación errónea de síntomas físicos y no patológicos como dolores, cólicos, gases abdominales, sudoración y conciencia del latido cardíaco.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de todos los tipos de ansiedad?
Los síntomas de la ansiedad pueden variar según cada persona y el tipo de ansiedad, pero hay una serie de señales físicas y psicológicas que son comunes en la mayoría de los pacientes.
Síntomas físicos
Aumento del ritmo cardíaco
Sudoración excesiva
Sensación de asfixia
Tensión muscular
Dolor de cabeza
Mareos
Respiración acelerada
Debilidad o cansancio (incluso habiendo dormido bien)
Problemas gastrointestinales como hinchazón, dolor abdominal y de estómago, náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento
Síntomas psicológicos
Preocupación excesiva
Miedo intenso e irracional ante situaciones que no son peligrosas
Pensamientos negativos e intrusivos
Irritabilidad con facilidad
Dificultad para concentrarse
Sensación de nerviosismo y tensión
Dificultad para controlar las preocupaciones
Evitar situaciones que generan ansiedad
Sensación de peligro real e inminente
Dificultad para dormir
Si no estás seguro de cuál es tu nivel de ansiedad, puedes llenar esta encuesta en español de Mental Health America. No olvides que esto no sustituye a una valoración médica, solo sirve como guía para evaluar cómo y en qué situación te encuentras.
¿Qué tratamientos recomiendan los profesionales de la salud?
Los diferentes tipos de ansiedad suelen responder bien a los tratamientos de psicoterapia como la terapia cognitiva conductual (TCC) y la terapia de aceptación y compromiso (ACT).
La TCC permite que la persona tome conciencia de pensamientos imprecisos o negativos para responder de la manera más efectiva. En cambio la ATC usa estrategias de atención plena y establecimiento de objetivos para disminuir la ansiedad.
Los profesionales de la salud evalúan según el caso si es necesario complementar el tratamiento psicológico con medicamentos para aliviar algunos síntomas.
También pueden recomendar hacer actividades terapéuticas como ir a grupos de apoyo o aprender técnicas de manejo del estrés que incluyan ejercicios, meditación, mindfulness, entre otros.
Si tienes algún síntoma habla con tu doctor de cabecera en Sofía porque está capacitado para determinar el mejor tratamiento para cada caso.
La ansiedad como problema de salud mental
La preocupación excesiva y persistente, la inestabilidad emocional y la inseguridad pueden llegar a paralizar a una persona e incapacitar al grado que no puede cumplir con sus actividades diarias. Por eso es muy importante que el tratamiento de cualquier tipo de ansiedad se incluya desde el primary care, es decir en el sistema de atención primaria de la salud.
En el primary care los doctores de cabecera tienen un papel fundamental porque conocen bien el historial clínico de sus pacientes, están capacitados para dar orientación, diagnosticar un trastorno de ansiedad y canalizar con los especialistas adecuados.
En Sofía sabemos que el cuidado de la salud empieza por la mente, por eso cubrimos atención médica psiquiátrica y psicológica cuando especialistas de nuestra red te la recetan.
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