Existen muchos tipos de seguros, si eliges el más adecuado para ti, podrás invertir en tu bienestar a mediano y largo plazo, y acceder a servicios de salud.
Los seguros médicos en general están diseñados para evitar que las personas inviertan todo su dinero en recibir la atención médica pertinente ante algún episodio o enfermedad no prevista. Si nos basamos en las cifras de CONDUSEF, el costo por recibir asistencia médica y tratamiento puede alcanzar (e incluso superar) los $3,786 pesos al año.
Esto implica que la mayoría de ciudadanos a nivel nacional no podrían pagar asistencia médica ante accidentes personales o enfermedades que requieren tratamientos sofisticados guiados por médicos especialistas, como cirugías, cateterismos u otras intervenciones.
Cuando se trata de salud lo mejor es ser precavidos, pues tanto las enfermedades como los accidentes personales son situaciones que no podemos predecir. Por eso es recomendable contar con revisiones periódicas que puedan detectar cualquier tipo de condición a tiempo para evitar complicaciones graves.
Un seguro de gastos médicos menor está diseñado para cuidar tu estilo de vida en cada etapa (desde la infancia hasta la tercera edad) a través de consultas médicas y otros servicios médicos. Uno de sus objetivos es prevenir el desarrollo de una enfermedad o evitar que un padecimiento empeore. Por eso suelen cubrir consultas médicas, estudios de laboratorio, terapias, servicios de óptica u odontológicos y tratamiento médico.
De acuerdo con cifras de la CONDUSEF, solo 7 % de las personas que no se encuentran protegidas por alguna institución de seguridad social cuentan con un seguro de gastos médicos privado. Esto en parte se debe a la creencia de que los seguros médicos son impagables para el público general o porque piensan que no son útiles.
El seguro de gastos médicos mayores está diseñado para cubrir los servicios de salud ante enfermedades graves o algún accidente. Usualmente, están enfocados a la atención de emergencias y ofrecen servicios de ambulancia, atención en línea las 24 horas del día, y tratamiento rápido de politraumatizados (accidentes con fracturas y riesgos importantes a la vida). El seguro de gastos médicos menores, en cambio, se centra en la prevención de enfermedades en el tiempo.
La mejor opción depende de cada persona, por lo que la respuesta definitiva la tienes tú. Sin embargo, en condiciones generales, ambos suelen funcionar de la misma manera, es decir, a través de una red médica, coberturas de salud, deducibles, sumas aseguradas y coaseguros.
Los seguros de gastos menores cubren la mayoría de enfermedades comunes, por eso son muy útiles en los niños que tienden a tener malestares frecuentes de nariz, oído, amígdalas o incluso a nivel pulmonar por asma. En los adultos mayores este tipo de seguros funciona para el control y prevención de la hipertensión arterial o diabetes mellitus.
En mujeres embarazadas para la prevención de abortos o malformaciones a través de la consulta de ginecología, aunque es importante tener en cuenta que algunas veces la cobertura de maternidad es adicional al plan base.
Por eso los seguros médicos menores se ajustan a la mayoría de personas. En caso de tener una emergencia, los seguros de gastos médicos menores suelen reembolsarte el dinero que invertiste en ella.
Algunos seguros de gastos médicos mayores tienen coberturas adicionales que te permiten optar a algunos beneficios de gastos menores cuando se trata de prevención y seguimiento de enfermedades comunes.
Los beneficios de este tipo de seguro son:
Es importante tener en cuenta que lo que cada seguro de gastos médicos menores cubre depende del plan y aseguradora que elijas, estos son solo ejemplos de servicios que comúnmente cubren. Contar con un seguro de este tipo te garantiza, entre otras cosas, atención profesional las 24 horas, además de precios económicos y personalizados, una amplia red de hospitales y médicos especializados. Incluyen, además, variedad de coberturas.
Las pólizas de seguro de gastos médicos menores suelen contar con una cobertura llamada «indemnización por muerte accidental» o «gastos funerarios». En estas situaciones, la aseguradora pagará la suma correspondiente de la suma asegurada como indemnización a los beneficiarios: padres, hijos, cónyuges o concubinos.
Esto está diseñado para proteger económicamente a parientes que dependen de tus ingresos, como hijos o padres, para que te quedes tranquilo que, ante cualquier situación catastrófica, tu familia contará con el apoyo financiero para seguir con su vida.
A pesar de que contar con un seguro no es algo obligatorio ni que vas a utilizar diariamente, se convierte en una gran herramienta ante situaciones inesperadas que evidentemente no llegan a ser planificadas como las enfermedades o accidentes.
Los seguros son un respaldo para protegerte económicamente ante situaciones poco esperadas y, como suele ser dicho, «es mejor tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo».