Si formas parte de la fuerza laboral en nuestro país, probablemente en algún punto te has sentido agotado y con poca motivación, ¿cierto? Déjanos decirte que no es casualidad, ya que la mayoría de las personas con algunos de estos síntomas son diagnosticados con síndrome de burnout, pero no te preocupes, que como todo, tiene solución.
Hoy vamos a contarte de qué se trata este padecimiento y cómo puedes prevenirlo, o en caso de que ya lo tengas, guiarte para que pidas atención médica cuanto antes.
El burnout es un agotamiento mental y físico que se produce por un largo periodo de estrés laboral. Este agotamiento puede ir incrementando hasta el punto de convertirse en algo mucho más grave, como depresión. Aunque la OMS (Organización Mundial de la Salud) no lo cataloga como enfermedad, sí es un fenómeno ocupacional que afecta a gran parte de la población (43% de las personas de más de 100 países reportan haberlo experimentado desde 2020).
Es bien conocido que la mayoría de las personas pasamos prácticamente todo nuestro día en el trabajo (sin importar si es remoto), por lo que es muy común que si tenemos alguna situación sin resolver, un problema con algún proyecto o con algún colaborador o incluso si no hemos descansado lo suficiente, podemos desarrollar burnout. Así que si sospechas que tienes burnout, es importante que de inmediato recibas atención médica.
El burnout y el estrés laboral suelen confundirse porque son conceptos muy relacionados.
Por un lado, el estrés laboral se refiere a la respuesta física y emocional que experimenta una persona debido a la presión y demandas excesivas en el trabajo. Es una reacción temporal y reversible que puede ocurrir en situaciones de alta carga de trabajo, plazos ajustados o falta de control sobre las tareas.
Por otro lado, el burnout es un estado de agotamiento emocional, mental y físico más profundo y crónico, causado por un estrés laboral prolongado y no gestionado de manera adecuada. Se caracteriza por sentimientos de desgaste, cinismo y falta de eficacia en el trabajo.
Mientras que el estrés laboral puede ser gestionado y superado con estrategias adecuadas, el burnout requiere una intervención más intensiva y a menudo implica cambios profundos en el estilo de vida y la forma de trabajo.
¿Sientes que padeces de burnout, pero no estás seguro? Hay distintos tipos de burnout y los síntomas varían dependiendo de cada uno.
Aunque esos son los síntomas a grandes rasgos, todo puede empezar con pequeñas cosas que tú mismo puedes notar. Por ejemplo:
Si has sentido alguno de estos cambios en tu rutina, es muy importante que hables con tu doctor de cabecera, ya que aunque muchas veces el burnout puede curarse con terapia psicológica (si es leve).
En casos más graves deberá ser tratado por un psiquiatra, ya que el burnout desencadena ansiedad y depresión que pueden llegar a ser más serias y afectar tu calidad de vida. También puede tener sintomatología física, por ejemplo, las personas con burnout pueden tener presión arterial alta, o en casos más graves, enfermedades cardiovasculares y riesgo para diabetes.
Si ya tienes estos síntomas, como te dijimos, no te preocupes, lo único que tienes que hacer es acercarte a tu médico de confianza para que te ayude a salir de esta difícil situación. Si aún no los tienes, hay manera de prevenirlos y aquí te decimos cómo.
La mejor manera de evitar esta enfermedad es teniendo un balance entre tu trabajo y tu rutina personal, pero algunos pequeños tips que puedes seguir son:
Aunque el burnout es un padecimiento cada vez más frecuente, se puede prevenir con algo muy importante: el balance. Recuerda que tu doctor de cabecera siempre está para ti y que aunque pudiera parecer que esa desmotivación va a quedarse en tu vida, todo es temporal y con la ayuda médica necesaria, pronto te sentirás como nuevo.
Tampoco olvides hablarlo con las personas de tu trabajo y tu manager, recuerda que ellos podrán darte herramientas para salir de esta situación mucho más rápido y disfrutar de la libertad de estar saludable.