Estar pegad@s a una pantalla se ha vuelto algo cotidiano en nuestras vidas (y con la pandemia, peor). Y aunque la tecnología ha hecho maravillas en todos –o casi todos– los aspectos de nuestras vidas, también le cobra factura a nuestra salud si abusamos del tiempo que pasamos viendo nuestros dispositivos, como todo en exceso.
Pero, ¿por qué nos afecta tanto ver una inocente pantalla? Tiene que ver con la naturalidad del ser humano: somos criaturas rítmicas. Esto quiere decir que nuestro cuerpo está acostumbrado a seguir un ritmo para comer, para dormir y para hacer nuestras actividades diarias. Durante todo el día experimentamos los ritmos circadianos, que son básicamente cambios físicos, de conducta y emocionales que siguen un ciclo de 24 horas. Cuando pasamos demasiado tiempo viendo una pantalla afectamos estos ritmos, resulta exactamente lo mismo si vemos la luz de nuestro celular a las 3 am que a las 2 pm, por lo que sí hace una diferencia en nuestro cuerpo, ya que estamos programad@s para estar despiert@s de día y dormir de noche.
Todo lo que vemos en nuestros celulares estimula nuestro cerebro, lo que complica las cosas a la hora de descansar, como un niño de 5 años después de haber consumido demasiado chocolate. Además, nuestros dispositivos reflejan una luz azul, que suprime la producción de melatonina (hormona que ayuda a controlar nuestros ciclos de sueño), lo que hace que no nos dé sueño o que tengamos mucha dificultad para quedarnos dormidos y no logremos un sueño reparador.
Y para colmo de nuestros males, se convierte en un ciclo vicioso, porque cuando no nos da sueño, ¿qué hacemos? Nos metemos a Instagram, a Twitter, vemos Netflix y en lugar de provocarnos somnolencia, nos estimula y nos mantiene despiertos. (No te culpamos, hay contenido increíble allá afuera.)
Descansar bien es tan importante que se ha demostrado que la falta de sueño además de tener una correlación directa con el rendimiento escolar/laboral, es un factor de riesgo de obesidad y diabetes tanto en adult@s como en niñ@s.
Para estas alturas, sin dormir bien y con 15 juntas en Zoom, empezamos a notar otros signos de que nuestra rutina no es del todo saludable.
Obviamente si no descansamos bien, lo que menos queremos es hacer actividad física, nos pasa a tod@s. Preferimos recurrir a la comodidad de las pantallas y pasar un rato más viendo tele, jugando videojuegos o scrolleando en TikTok aun después de pasar un día ENTERO viendo pantallas. Esto contribuye al sedentarismo, de hecho, según estudios realizados en 2020 en Estados Unidos, un adulto promedio pasa en reposo del 50% al 70% de su día. Y ya sin hacer actividad física, nos empieza a hacer ojitos la comida chatarra, no balanceamos nuestros alimentos y pronto llegan los kilitos de más y el sobrepeso, lo cual puede tener consecuencias que ya sabemos –y por supuesto queremos evitar a toda costa– como obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Y sí, además de las enfermedades anteriores, pronto empiezan los otros achaques en el resto de nuestro cuerpo. Ya no aguantamos los ojos por la fatiga visual, vemos borroso y nos da dolor de cabeza. La espalda también nos trae malestar, por las malas posturas constantes y hasta los tendones de nuestros brazos se inflaman por sostener el celular o el mouse en una misma posición por mucho tiempo.
Los cambios en nuestro físico son muy notorios, pero los que pasan en nuestra mente pueden ser muy silenciosos. La salud mental también se ve afectada por el tiempo en pantalla, ya que nuestro cerebro se sobreestimula y se desgasta. Durante el día tenemos una sobrecarga sensorial y cognitiva, sin tiempo de recuperación, por lo que tenemos problemas para concentrarnos, irritabilidad y en algunos casos ansiedad y depresión.
Para evitar todo esto no es necesario que nos declaremos en contra de la tecnología y nos vayamos a vivir al bosque, solo debemos estar conscientes de lo que le sucede a nuestro cuerpo y trabajar para cuidarnos. Hacer ejercicio, tomar agua, comer bien y reducir el tiempo en pantalla al menos una hora antes de dormir. Cada dos horas es importante pararnos y caminar, mover los músculos y estirar, estirar, estirar. ¡Hagamos de la tecnología una aliada para disfrutar de todo sin dañar nuestros cuerpos!