Si alguna vez has tenido en tus manos la póliza de un seguro –impresa o en pdf– seguramente lo primero que sentiste fue que había mucha, muchísima, demasiada, información por asimilar. Típico. En esas ocasiones, mientras más pasamos los ojos por el documento, nos encontramos con términos poco comunes como deducible, copago, exclusiones, coaseguro, prima y otros que nos hacen sentir perdidos. Aunque algunos son más de “dominio público”, hay un par que son muy parecidos y por lo mismo se vuelven confusos. Ese, exactamente, es el caso de copago y coaseguro, porque, además de que el fraseo de cada palabra es similar, los dos términos hablan sobre cantidades de dinero.
Para hablar de este término en específico, primero tenemos que saber qué es el deducible. En la mayoría de las aseguradoras, antes de que la compañía pueda entrar como papá salvador a pagar la cuenta, necesitamos llegar a un tope. Es decir, la aseguradora necesitará que primero tú pagues una cantidad (que ya fijaron previamente) para ellos empezar a cubrir los gastos médicos restantes. Si no la rebasas, la cobertura no se activa. Una vez que llegamos a ese numerito y nuestro seguro ya puede empezar a cubrir, la cuenta se divide en los porcentajes acordados. Y el coaseguro es lo que nos toca pagar a nosotr@s.
Específicamente, es el porcentaje que el/la asegurad@ paga de la cuenta total si algo le llega a pasar (una enfermedad, un accidente, un tropezón en la banqueta o lo que sea que te haga necesitar usar el seguro) y lo establecen entre ambas partes al inicio del contrato. Pensemos que, hipotéticamente, te rompiste el pie; tu cuenta de hospital sobrepasa el deducible por $75,000 pesos, si el coaseguro de tu compañía es de 30%, tú solamente pagarías $22,500, lo que significa que el seguro cubriría lo demás.
En Sofía, por ejemplo, no hay deducible. Por lo que puedes empezar a usar tu seguro desde el primer momento en que lo necesites, sin necesidad de llegar a una cantidad específica que active la cobertura. La otra buena noticia sobre Sofía es que el coaseguro –al que nosotros le decimos Tu Porcentaje–, tiene un tope anual de $50,000. Si en 12 meses tuviste varias situaciones (esperemos que no, queremos que siempre estés saludable) y entre todos los coaseguros que pagaste sumaron $50,000 pesos, ya no tendrías que pagar más si a partir de ese momento llegaras a necesitar otro servicio médico ese año, Sofía se hace cargo de cubrir esos gastos.
El copago (o en nuestro caso, Precio Sofía) es un precio fijo y establecido desde el contrato que tú vas a pagar por un servicio que necesites. Este precio aplica para ciertas cosas, dependiendo de la aseguradora que hayas elegido, como por ejemplo, una consulta con un/a médic@ especialista.
La manera más sencilla de explicarlo es si nos imaginamos que un@ de nuestr@s mejores amig@s abrió un restaurante. El menú tendrá precios fijos para el resto de los clientes, pero digamos que nuestro amig@ fijó un precio total de $400 para su seres queridos. No importa cuál sea el total de la cuenta, nosotr@s, como conocid@s, cada vez que vayamos a su restaurante pagaremos los mismos $400. Esto, en el mundo de los seguros, se traduce a que las consultas con cualquier especialista siempre costarán lo mismo gracias al copago.
Al tener estos dos términos más claros, seguro será más fácil que entiendas la cobertura que elijas y sobre todo que la aproveches, sepas hasta cuánto podrías pagar, de qué forma y qué compañía se ajusta más a tus necesidades. Y lo más importante: saber cómo cuidar de ti de la mejor manera.